octubre 2010

RITUAL DE SAMHAIN – 31 DE OCTUBRE (HALLOWEEN)(sencillo)

Calabaza de Halloween  (Supplied by FreeFoto.com)

Como lo prometido es deuda, aquí está el ritual para la noche de Halloween (Shamhain) que dije que escribiría. Tengo que disculparme porque últimamente no he tenido demasiado tiempo para dedicarme a él (ya os iré contando mis novedades XD) y la verdad es que me hubiese gustado subir este post hace varios días para que os diese tiempo a buscar los ingredientes necesarios. Como no ha sido así, finalmente he creado un ritual sencillo, con cosas que todos tenemos en casa, para celebrar esta noche tan mágica.

 
Elementos:
 
  • Sal
  • Una manzana (no es imprescindible).
  • Cerillas
  • Una vela preferiblemente blanca (o dorada) 1)
  • Incienso, incensario y carbones o cualquier otro incienso que tengamos en casa. 
  • Un lugar tranquilo donde poder permanecer sin ser molestados
  • Un caldero, cazo viejo, incensario grande, vaso de metal… o algo parecido, donde podamos prender fuego.
  • Papel
  • Bolígrafo
The Day of the Dead (1859) W. A.Bouguereau

 

Planeta: Sol
Momentos planetarios favorables: Es recomendable tenerlos en cuenta, pero en este caso, la energía mágica flota en el ambiente durante todo el día y la noche de hoy, domingo 31 y mañana, 1 de Noviembre de 2010 (así que cualquier momento es bueno para realizarlo). Sin embargo, existen dentro de estos días, horas especiales que potencian las energías del Sol. Éstas serían:
Domingo: 3º y 10º hora nocturna // 1º y 8º hora diurna 
Lunes: Séptima hora nocturna // 5º y 12º hora diurna 2)
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RITUAL DE SAMHAIN (HALLOWEEN)

 

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Como muchos ya sabéis, comenzaremos como siempre por dibujar un círculo de sal en el suelo (también podemos hacerlo con tiza), de varios metros de diámetro de ancho para que podamos permanecer dentro de él durante el ritual. Es buena idea que dentro del círculo hayamos dispuesto una silla y una mesa en la que pondremos las cerillas, la vela, el incienso, el incensario y los carbones. Despejaremos en la medida de lo posible el resto de objetos que haya dentro del círculo para que no interfieran con la energía con la que vamos a trabajar. No se puede salir del círculo durante el ritual ya que éste sirve de protección por lo que si creemos que vamos a necesitar algo más durante este tiempo (un vaso de agua, el móvil, un cigarrillo…), debemos asegurarnos de que está dentro del círculo al comenzar. Quiero que quede muy claro que salir del círculo en mitad del ritual es peligroso para nuestra energía, ¡no lo hagas!
Cementerio de Balquhidder, en Escocia. Detrás de la iglesia
estaba la Tom nan Angeae (colina de fuego), donde aún
hasta el S.XIX se encendían las hogueras de Samhain. Foto de
Benleto bajo licencia Creative Commons Atribution ShareAlike 2.0

Una vez dentro del círculo, encenderemos en primer lugar el carboncillo (con las cerillas). Seguidamente iremos echando el incienso sobre él, (como es un ritual improvisado, si en vez de incienso natural tenemos de varilla o cono podemos utilizarlos en su lugar)  mientras, con mucho respeto y amor, pediremos a la Divinidad que acuda a nuestro encuentro. En ningún ritual es necesario pronunciar todos estos pasos en voz alta (podemos realizar las invocaciones mentalmente), pero si nos gusta, podemos ayudarnos de ello. En caso de que las utilices, no es necesario que sean palabras muy elaboradas, pero hay un viejo refrán de brujas que dice que “un hechizo con rima detiene el tiempo”.

El siguiente paso es encender las velas (con cerillas) mientras sentimos la festividad. Primero la que está dentro del caldero y después la principal. Mientras las encendemos podemos repetirnos mentalmente alguna frase que nos ayude a concentrarnos en lo que queremos, como por ejemplo «enciendo esta vela para ofrecerla a la Divinidad y celebrar la festividad de Samhain«.
A continuación escribiremos todas aquellas cosas por las que estamos agradecidos y las quemaremos, o bien con la vela, o bien prendiendo fuego en el caldero. De esta forma envías tus agradecimientos a la Divinidad.
Tradicional altar wicca. Foto: Cronewynd bajo licencia
Creative Commons Attribution 2.0 Generic

Ésta es una fiesta de meditación, en la que debemos pensar profundamente en el significado de la vida y la muerte, de los ciclos de la naturaleza y de la energía que se renuevan constantemente. Es una fiesta de agradecimiento y celebración así que debemos sentir estos conceptos con la máxima intensidad que nos sea posible. Agradezcamos lo obtenido durante todo el año y afrontemos el nuevo con alegría y energía positiva. Para intensificar estas sensaciones, podemos rezar, cantar, meditar… etc. Si estamos cansados podemos sentarnos en la silla para estar más cómodos mientras realizamos estos pasos. La manzana es el fruto de esta fiesta. Puedes meditar acerca de estos asuntos mientras la degustas tranquilamente.

Cuando queramos dejar de trabajar en el hechizo y terminar el ritual, le daremos gracias sinceras a la «Divinidad» por habernos protegido y ayudado en todo el proceso. Apagamos la vela en este momento. Finalmente, antes de deshacer el círculo es muy importante deshacernos de toda la energía sobrante que hayamos acumulado. Para descargar la energía sobrante, tenemos que visualizar y sentir el envío de la misma de forma positiva hacia el centro de la tierra. Podemos imaginar cómo se desliza desde nuestros pies o nuestras manos hacia el suelo, lo atraviesa y recorre la corteza terrestre hasta llegar a su núcleo. Siempre hay que enviar la energía sobrante hacia la tierra, por un lado porque es peligroso no hacerlo, y por otro, porque de esta forma la tierra reutiliza esta energía. Es una buena idea el desear, mientras realizamos esta acción, que esta energía sirva para ayudar al planeta que tanto estamos maltratando y de paso darle las gracias por permitirnos vivir en él. Una vez hecho esto ya podemos deshacer completamente el círculo. 
Tradicional fuego de Samhain

 

Si la vela aún no se había consumido del todo podemos guardarla y encenderla más tarde, a cualquier hora de cualquier día, hasta que se consuma. Una vez consumida totalmente la vela, el ritual se dará por finalizado.
 
Como veis es un ritual muy sencillo que cualquiera puede poner en práctica, espero que os haya gustado y que paséis un estupendo Samhain!!!
 
NOTAS:
 
(*1) Velas: Cómpralas en una tienda cualquiera (por ejemplo una tienda de chinos o un todo a cien). Jamás, repito, jamás compres velas ya ritualizadas (por ejemplo: vela para el amor), es muy peligroso, no sólo porque puede que el hechizo salga a la inversa sino también porque puedes poner en movimiento energías negativas diferentes a tu alrededor. Nunca podemos saber si la persona que ha trabajado con las velas que compramos realmente sabe lo que está haciendo. Además, en estos lugares suelen ritualizar una gran cantidad de velas a la vez (para ahorrar tiempo) y su carga energética es bastante menor.
 
(*2Horas de luz nocturnas y diurnas: ¡Ojo! No estamos hablando de las horas de nuestro reloj. Para calcular las horas diurnas tienes que fijarte en a qué hora sale y se pone el sol en tu zona. La primera hora de luz solar coincide con la primera hora de luz diurna. Igualmente la primera hora después del ocaso, una vez el sol se ha escondido, coincidirá con la primera hora de luz nocturna. Fácil, ¿no?
  

SAMHAIN. HALLOWEEN (CELTAS) 31 DE OCTUBRE

Empieza el año nuevo de la tierra. Hemos llegado al punto medio entre el Equinocio de Otoño y el Solsticio de Invierno. Es el momento de pensar en nuestra cualidad de mortales. Esta noche, el velo que separa los dos mundos es más fino que nunca y las almas de los muertos visitan a sus familiares vivos. Es también el final del año celta en el que se da las gracias por todo lo que hemos obtenido durante el año y se piden deseos para el año nuevo.

La costumbre de ir de puerta en puerta recogiendo caramelos y dinero provine de una costumbre inglesa de mendigar para los pobres.

Cuando dejas que tus hijos vayan de casa en casa debes saber que representan el futuro. Cuando otros niños llaman a tu puerta, dales golosinas para endulzar el futuro. Dar regalos malos a los niños esta noche es atraer la mala suerte hacia ti.
Pero los verdaderos protagonistas de Halloween son los ancianos. Representan el año, que ahora ya está viejo y gris. Recuerda a las abuelas, abuelos, parientes y ancianos. Envíales postales o comida o invítales a cenar. Satisfacer el pasado también trae buena suerte para el futuro.
Según cuenta la leyenda celta, las cuatro abuelas de Halloween guardan los grandes tesoros: el caldero de renacimiento que simboliza el placer, la piedra del destino que simboliza el poder, la lanza del hechicero que simboliza el valor y, finalmente, la espada invencible sobre la cual se han escrito muchas leyendas y simboliza el conocimiento. Las leyendas populares cuentan que estas cuatro ancianas custodian los tesoros y pronuncian sus nombres. Verlas y oírlas sólo está al alcance de los iniciados y se considera que trae muy buena suerte.
Es un buen día para dar limosna a los necesitados. Los espíritus reciben agradecidos estos regalos. Deja un poco de leche en el alféizar de la ventana o sobe la mesa del comedor junto a una vela blanca encendida para iluminar el camino de las almas errantes que puedan pasar cerca de tu casa. En Irlanda y Escocia, se cree que las almas de los duendes salen esta noche. Se levantan las barreras invisibles y se mezclan con los vivos.

Bitácora de Selene; I – Un gladiador romano arrodillado en el palacio de Isis

Ayer por la noche me trajeron un gladiador a palacio. Su nombre, según dijo, era  Aulus Furii Marius, lo que denotaba el reconocimiento social del que debía disfrutar en Roma. A juzgar por su nombre debía ser un hombre famoso, un gran guerrero. Me sorprendió encontrarlo arrodillado, con la cabeza baja, como si se sintiese derrotado; un gladiador romano arrodillado en el palacio de Isis.

Tendría unos 20 años. Era hermoso. Descalzo, llevaba un subligaculum, una túnica de algodón, sujeta con un cinturón de cuero. Su cuerpo era robusto y sus manos grandes y fuertes. Su rostro denotaba fortaleza y valentía, pero también dulzura y estaba surcado de un gran cansancio y preocupación. Sus ojos eran poderosos, llenos de vida, y su pelo, de negro azabache, le caía ensortijado sobre los hombros.

– Habla – Le dije.

– Mi señora – contestó él- me atrevo a solicitaros, con gran respeto, que me aceptéis como esclavo en vuestro palacio.-

No dije nada en aquél momento. No puedo describir la sorpresa que me causaba ver aquél escenario. Preferí emplear unos minutos en pensar sobre lo que estaba sucediendo. Era excitante y triste a la vez ver un guerrero arrodillado rogando ser esclavo. Me lo imaginé en pleno combate.

– ¿Porqué un guerrero como tú querría servir en el palacio de la reina de Egipto? Tú, por lo que veo, acostumbrado a luchar en juegos gladiatorios, a pelear contra bestias y contra hombres armados de tridentes y lanzas, serás un hombre afortunado y reconocido en tu país. ¿Porqué querrías servir a la reina de la tierra que tu pueblo tanto odia?-

Callaba y temblaba. Miraba al suelo. Con un gesto de mi mano despedí a todos presentes en la sala, aproximadamente unas 10 personas. Miré a Hammal que me observaba desde el fondo, preocupado. Aprobé con la cabeza. Se acercó al romano y tras atarle las manos fuertemente, salió de la estancia cerrando la enorme puerta de alabastro tras de sí.

El gladiador seguía de rodillas en el suelo, inmóvil, callado. Comencé a caminar lentamente alrededor de él, observándole. Le volví a preguntar.

– Habla –

– Mi señora, sinceramente nunca creí que me vería en esta situación. –

El gladiador me relató el motivo de su petición. Me contó cómo había nacido esclavo y como su amo le vendió con 10 años a una familia del pueblo hispano de Astúrica Augusta. Casi pude observar en sus ojos como con 14 años se convirtió en gladiador y cómo por su valentía y resistencia obtuvo un gran reconocimiento de su pueblo, hasta el punto de llegar a ganar su libertad y ser conocido casi como un héroe. Esto le llevó a una gran cercanía con el emperador que fue finalmente el motivo de su huida. Estuvo hablando durante horas. Sin entrar en detalles, aquél romano quería hacerme creer que estaba huyendo porque habían puesto un precio muy alto a su cabeza. Sin embargo, yo sabía que había algo más.

Me quedé en silencio durante unos minutos. Seguía arrodillado sin levantar la cabeza. Me acerqué a él y le pedí que levantase la mirada. Le miré a los ojos fijamente durante varios segundos.

¿Acaso no huyes de tu tierra por lo que los tuyos consideran una deshonra para ellos? Responde, ¿por qué quieres ser esclavo en mi palacio?– le dije.

Diosa Isis

No había dolor en su mirada cuando escuchó estas palabras. Fuese por el motivo que fuese, aquél guerrero parecía cualquier otra cosa menos un romano. Me daba incluso la sensación de percibir, en él, cierto odio hacia su pueblo. Y a la vez, percibía algo más en su mirada… Era como si intentase… llamar mi atención. Sin embargo, seguía esposado, de rodillas, en actitud de sumisión.

–  Porque sé que sois Isis.- Respondió.

No pude reprimir una carcajada que me sorprendió.

– Es increíble que esperes que yo crea que entiendes lo que eso significa.- Le dije. – ¿Acaso sabes, inconsciente, quién es la diosa que estás nombrando?-

Bajó la mirada para decir: – A riesgo de que me matéis, sí, mi Señora, lo sé.-

Es cierto que el guerrero, por alguna extraña razón llamaba ligeramente mi atención y que su odio por el imperio romano me causaba cierta simpatía, sin embargo, me sentí profundamente indignada por las palabras que había pronunciado. No era posible que un esclavo romano, que había crecido en Hispania y que había vivido una vida lujosa por su éxito en los juegos gladiatorios, supiese quién era la gran Diosa Isis y qué representaba, o al menos, tuviese una ligera idea.

Nudo de Isis

Me situé frente a él y coloqué, a la altura de sus labios, el nudo de Isis. El guerrero besó mi pecho derecho, situando mi pezón entre sus labios con dulzura. Me sorprendió tanto que tuve un derramamiento.

Al cabo de unos minutos de silencio, le hablé. -Si quieres ser mi esclavo tendré que ponerte un nombre.- Asintió con la cabeza, liberando mi pecho de su boca. – Te llamaré «Ademar (*1)«.-

Abrí la puerta y salí al jardín donde me senté con Hammal que se encontraba reposando en unos cojines, bebiendo té. Estaba mirando los juegos de los monos.

Cogí un dátil y lo acerqué a uno de ellos. El animal se lo comió sin miramientos y nosotros le observamos durante el proceso como si hubiese sido un gran acontecimiento. – Se llama Ademar,- le dije.- No quiero que esté solo estos primeros días.-

Hammal no tenía porqué ocultar su asombro ante mi, podría, si hubiera querido, haberme dicho que le parecía la peor idea del mundo… pero aún así, no dijo nada. Yo noté su sorpresa y el notó que yo la noté. Pero no dijimos nada, no movimos ni un músculo. Hammal también sabía que el hecho de que éstos fueran los primeros días de Ademar en palacio no era un motivo suficiente para que no estuviera solo, o dicho de otra forma, para que siempre hubiese alguien con él. Había algo más.

(*1) De origen latino y germánico. Significa «El que es ilustre por sus luchas».