marzo 2022

Momento Memento Mori

¿Alguna vez has pensado que cada letra tiene su propia personalidad? Yo antes era muy amiga, en general, de todas las letras, pero hará un par de décadas nos distanciamos…

Las echo de menos y, a veces, le doy vueltas… si me disculpo, ¿me podrán perdonar…? Es cierto que hace años que únicamente me relaciono con ellas para cuestiones mecánicas o administrativas (a ver, es su trabajo también…), pero echo de menos jugar con ellas, sus tintineos juguetones y sus risas veladas tras el papel… Honestamente, las extraño mucho, pero no sé si podré ganarme de nuevo su confianza…

Probaré a pedirle consejo a la letra ‘M’. Esta letra y yo tenemos varias cosas en común, además de que fue la primera que conocí y siempre me he sentido acompañada por ella en mi vida…

Algunos creen que es una letra fuerte e inaccesible, por eso de los pinchos y tal… Sin embargo, es mucho más compleja que eso…

Te contaré algo, ella siempre comienza su existencia partiendo desde lo más bajo, para después subir muy, muy alto. Sube recto y todo lo que le es posible desde un primer momento, aunque, una vez arriba, no se mantiene (… como harían una P, una F o una R…).

El caso es que “por H o por B”, la M vuelve a caer de nuevo, hasta lo más bajo. Podríamos llamar a este punto el M.M.M. (Momento Memento Mori) y es ahí, en lo más profundo, donde se encuentra a mitad de su vida…

La gracia de la M es que es muy cabezona y, durante la segunda mitad de su existencia consigue volver a subir. Además, cuando lo hace, consigue llegar tan arriba como la primera vez… Por supuesto, como todos, al final de su vida, cae de nuevo (pocas pueden tener la suerte de acabar tan alto como una F…). Este carácter trágico y combativo es lo que marca en la M su silueta, tan llamativa y temperamental…

En contraste, a veces pienso en la perfecta simetría existencial de la A… Nunca dejará de asombrarme como, justo a mitad de su vida, se encuentra en su punto más álgido… Qué diferente y plácida deber ser esa existencia…

Sí, sin duda, preguntar a la M es lo más prudente y diplomático. Asimismo, también podría ser interesante consultar con la S que, a pesar de su tremenda suerte y elegancia naturales, es una letra muy flexible, comprensiva y empática.

Con las que quizá me da un poco más de respeto hablar, son la Z, que nunca tiene claro lo que quiere, y la X, que normalmente anda cruzadísima… Además, no tengo tanta confianza con ellas, siempre andan perdidas…

Bueno, pues allá va:

“Querida letra M…

Nunca se escribe por placer. Cuando de verdad se escribe, es con dolor desgarrado. Cuestión por la que me cuesta comprender por qué, a excepción de lo poco publicado en este blog, prácticamente no he escrito nada en estos últimos 20 años…

A veces escribir no desahoga, quema. Por eso, casi es mejor que, durante un tiempo, todo ese vómito de fuego se quede en las entrañas, protegiendo al resto del mundo…