Selene Cruz

Noche de San Juan 2015, ritual en mercurio

Lunes 23 de junio a la 1:00 de la mañana en Madrid, despejado. Temperatura: 27º C; precipitaciones: 0%; humedad:32%; viento: 14 km/hora. Yo, tumbada en la terraza de un 10º piso, cuan larga soy, con el ordenador (el de torre, no el portátil) preparando la noche de San Juan de mañana.

Preparando la noche de san juan y ritual

Preparando la noche de San Juan (con fortaleza de cartón incluida para protección gatuna)

A veces se nota la energía en el aire. Hoy es una de esas noches. Probablemente mañana lo será aún más.

LA NOCHE DE SAN JUAN

Le he dado tres veces importancia en este blog a la noche de Shamain y nunca he hablado de San Juan. El solsticio de verano se relaciona con San Juan y el de invierno con Shamain o Halloween. Marca el inicio del verano y es una noche de adivinación, hogueras y buena suerte.
La fiesta del solsticio de verano en la cultura pagana suele durar tres días, 21, 22 y 23, tras los cuales comienza el verano: todo madura y está listo para la cosecha.
La diosa de esta estación es Lita, simboliza la abundancia y la fertilidad, el poder y el orden. Buena noche para concebir, ésta es la noche de los amantes en todo el mundo. Rebautizada por los cristianos en honor  a San Juan, es un buen día para a adivinación y las consultas sobre asuntos del corazón.

Si quieres conseguir protección para todo el año y purificación del dolor, salta por encima de una hoguera o una vela. Si hay algo que te preocupa o molesta mucho, escríbelo en un papel blanco con tinta roja, úntalo con miel, y quémalo en las llamas.

Esta también es la noche de las tres Parcas o Moiras, que controlan el destino del mundo. Láquesis, controla la longitud del hilo de la vida; Cloto, su hermana mayor, devana y teje el tapiz de nuestra vida y Átropo, la mayor, controla lo cabos con sus tijeras y corta los hilos de la vida cuando lo considera oportuno. Cuando no se las respeta, las Parcas muestran sus rostros tenebrosos: las Furias Alecto, Tesífone y Mégara. Encender tres velas (doradas, plateadas o verdes) y rezar a las Parcas esta noche te traerá suerte para el resto del año.

En un viejo libro de magia (sí, éste que veis a la debajo, uno de mis libros de cabecera de bruja), leo un hechizo interesante para junio: La magia del Ajenjo (Artemisia absinthium) y dice así: «Añade un poco de ajenjo a la cena que prepares para un amigo o amante y conseguirás encender la pasión de la persona más fria. Los que sean impotentes volverán a ser viriles» (y no me extraña…)

He decidido poneros algunos de los libros en los que me baso porque me llegan bastantes comentarios preguntándome por las fuentes, bueno, éste es uno de mis favoritos:

San Juan 2015

San Juan en el año 2015 cae en el día de mercurio. Esta celebración, que se producirá durante los maitines, esta favorecida por los astros para actos no rituales sino de creación de talismanes y anillos simbólicos, más en concreto y con más fuerza durante la tercera y décima horas de luz nocturna (*1). La luna, mentirosa, nos muestra una «D» cuando está creciente, como ahora.

 

RITUAL PARA LA NOCHE DE SAN JUAN 2015

Habrá que ver qué cosas prácticas inventamos (con materiales sencillitos de encontrar) para celebrar el San Juan este año (además de saltar hogueras, claro).

Mi intención, ya veremos cómo sale,  es crear algo que se desarrolle entre varias personas, en un ambiente distendido como por ejemplo una fiesta, sin tener que realizar pasos complicados. La energía trabajará sola mientras los demás charlan o ríen y cuando acabe la noche, cada uno se llevará…. un amuleto!!!  (ya que, como hemos dicho, viendo que es la noche de mercurio, es interesante trabajar con la limpieza de energías negativas y/o por otro lado creación de talismanes…)

MATERIALES:

  • 2 velas o velones, preferiblemente uno blanco y otro negro, o en su defecto los dos blancos.(*2) 
  • Un altar o mesa
  • Incienso (*3
  • Sal o tiza
  • Aquello que cada persona quiera cargar de energía positiva (una moneda, un colgante, un llavero, etc.) o limpiar de energía negativa (que cada uno le eche imaginación)

    Incienso, ambar, mirra, incienso

    Siempre se puede añadir al incienso otros elementos que huelan bien o tengan propiedades (en este ritual concreto). En el tarro: Ámbar, mirra y rosas rojas secas

Vamos a crear un altar doble; una mitad limpiará de energías negativas y el otro, cargará de energías positivas. Así, alrededor de la mesa que elijamos para levantar el altar, haremos un círculo de sal en el suelo (también podemos hacerlo con tiza). Despejaremos, preferiblemente del todo, cualquier objeto que haya dentro del círculo para que no interfiera con la energía con la que vamos a trabajar. El círculo debería ser de ancho lo justo para que rodee la mesa y que se puedan colocar y retirar objetos de ella sin pisarlo o entrar en él.

Sobre la mesa, en el lado de la izquierda la vela negra, la de limpieza, y en el derecho la blanca, la que cargará los objetos de energía positiva. (si son dos blancas, una a cada lado). Las velas, obviamente, se deberán haber cargado previamente de la energía con que queramos impregnar los objetos. Me diréis, ¿eso cómo se hace….? Hay muchas formas, cada persona tiene su manera favorita, hay gente que las unge en aceite mientras recita palabras, hay gente que simplemente las sostiene en la mano mientras medita sobre su función… se trata de cargarlas con esa energía, un vez con cada vela, obviamente, ya que cada una tiene un fin distinto (durante la noche de San Juan hay mucha energía e el ambiente, así que te resultará más sencillo). Lo que sí que repetiré hasta la muerte es que las velas que utilicéis para este tipo de cosas, por favor, sean compradas en los chinos (o en el corte inglés) o, si las compráis en tiendas esotéricas, que no vengan ya cargadas (…)

m1Con todo esto, ya tenemos nuestro altar doble. Podemos poner pequeños carteles para que la gente que vaya llegando deposite algún objeto en la mesa, en el lado que prefiera, y al irse lo recoja, cargado de la energía de la noche de San Juan… 🙂

Aunque para que tena mayor efecto, yo recomendaría ponerlos todos a las horas de mercurio mencionadas anteriormente.

El libro de los pantáculos es:

NOTAS:

(*1Horas de luz nocturnas y diurnas: ¡Ojo! No estamos hablando de las horas de nuestro reloj. Para calcular las horas diurnas tienes que fijarte en a qué hora sale y se pone el sol en tu zona. La primera hora de luz solar coincide con la primera hora de luz diurna. Igualmente la primera hora después del ocaso, una vez el sol se ha escondido, coincidirá con la primera hora de luz nocturna.
(*2) Velas: Cómpralas en una tienda cualquiera (por ejemplo una tienda de chinos o un todo a cien). Jamás, repito, jamás compres velas ya ritualizadas (por ejemplo: vela para el amor), es muy peligroso, no sólo porque puede que el hechizo salga a la inversa sino también porque puedes poner en movimiento energías negativas diferentes a tu alrededor. Nunca podemos saber si la persona que ha trabajado con las velas que compramos realmente sabe lo que está haciendo. Además, en estos lugares suelen ritualizar una gran cantidad de velas a la vez (para ahorrar tiempo) y su carga energética es bastante menor.
(*3Incienso: Utilízalo natural; personalmente no me gustan nada los de varilla o cono. Recuerda que el incienso es una resina natural y se vende en lágrimas o piedrecitas. Recuerda también disponer de carbones para incienso. Puedes comprarlos en cualquier herbolario.

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Bueno, hasta aquí llego por no complicarlo más, espero que este ritual os parezca chulo y os haga pasar una noche de San Juan más divertida. No sé si en alguna fiesteceta de esta noche lo haremos, supongo que todo dependerá de Mercurio… Yo de momento ya he quemado deseos en la noche del solsticio

Lo dejo aquí por hoy, esta vez no subo ni vídeos porno(no os confiéis) ni poemas raros ni nada, que hay más días que judías. Respecto a los experimentos de posicionamiento, ¿recordáis el post anterior de vídeos porno con la keyword «sadomaso españa»? pos resulta que está en el puesto dos del gran demonio de Google :O jjj:

https://www.google.es/search?q=sadomaso+espa%C3%B1a&oq=sadomaso+espa%C3%B1a&aqs=chrome..69i57j69i60.2191j0j4&sourceid=chrome&es_sm=122&ie=UTF-8

Y viendo que la keyword «noche de san juan» está tan sola, tan sola… (joer que me da hasta penica) aprovechemos el post para ver qué pasa… Si esta entrada se posiciona bien, la verás (será hoy, mañana, dentro de 2 meses…) buscado en google «noche de san juan», pero para que te ahorres el esfuerzo, PINCHA en el siguiente enlace:

https://www.google.es/?gfe_rd=cr&ei=5siIVejnCMbFUPT_gIAG#q=noche+de+san+juan

VÓMITOS

LA POESÍA ES DOLOR

El poeta escribe. No para ser leído. Gusta desde que tiene uso de razón de buscar el más estremecedor de sus sentimientos. Ésa es la base del poeta. El estremecimiento. Sólo eso le calma.

No escribe porque quiere. Vomita.

Y si no vomita no hay poesía. Es la cantera de la maza.

Y es un dolor más hermoso que cualquier alegría. Porque el viento le susurra entre el pelo frases que las musas ya llevaron a sus oídos antes de morir otra veces.

Es un don que pocos conocen. El estremecimiento de vomitar sentimientos de forma tan dulce. Y esos sentimientos se tornan hermosos al pasar por el papel. Y cuanto más dolorosos son, más placer dan al que escribe.

Todo poeta es sumiso. Porque está entregado al vómito de su alma y lo espera anhelante. Una expresión involuntaria que satisface como un orgasmo. Un orgasmo que se percibe aunque no es ese su fin.

Es el dolor su mayor tesoro y lo que le guía.

Y las palabras son catárticas. Una vez escritas cambian esa emoción a través del placer.

El poeta es sumiso del capricho del arte. Y es masoquista porque sólo escribe al vomitar dolor. Dolor de belleza, dolor de fealdad. Pero es siempre dolor. Y sin él no hay poesía.

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LA PRIMERA ENTREGA

La primera entrega es como el primer amor. Tan pura. No cree el sumiso que puede terminar, así como el adolescente tocado por primera vez por la mano de Afrodita no distingue futuro.

Por eso es tan dulce y tan dolorosa. Por eso duele más pensar en las manchas que deja que en lo que se perdió.

Es el animal inocente que no conoce la mano del hombre.

Es irrecuperable. Esencial.

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POSITIVO

Vienes a mi puerta y me hablas. Me hablas como nos hablábamos antes de amarnos. No sospechas que es imposible. Que nunca seremos aquellos. Al menos mientras seamos nosotros. Y es hermoso haber podido ser nosotros. Y ser nosotros más que volver a ser aquellos.

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UN ABRAZO

Tu no entiendes nada. No ves que un abrazo es la única redención. En días como hoy me gustaría que supieses sentir. Pero los dioses te hicieron como eres y a mí como soy. Sólo para crear la mayor tragedia, la de un alma muerta y una muerta demasiado viva.

No hubo nunca una historia tan triste. Sin familias, sin venenos («El hada voló y él siguió con sus códigos»). Cada uno tiene lo que necesita.

Hoy sentada en al balcón, viendo amanecer, no me importa. Sólo vomito. Pero no lo entiendes.

En días como hoy me gustaría que supieses sentir. Te pierdes tanta belleza…

Un abrazo que nunca se dio. Una despedida inexistente. No entiendes. No entiendes que los dioses fueron más crueles contigo que conmigo. De alguna manera, tu también te regocijas en tu desgracia. Tu desgracia es no sentir. Pero no lo entiendes.

No está al alcance de los hombres concebir tu desgracia. Por eso te quise. Por eso te odié.

No hubo nunca una historia tan triste. La del amor amando a la muerte. La de la muerte matando al amor. Amor y Muerte. Concebidos para existir juntos y condenados a estar separados.

Pero prefiero ser amor. Y la muerte no lo entiende. Mejor para la muerte. Mejor para el amor.

La decadencia de Occidente

Efectivamente, como algún sabio dijo en algún momento perdido de esta historia, es la decadencia de Occidente.
Masas lúbricas, trastornadas según qué clásicos cánones, se desarrollan entre una viscosidad de fluidos y olores primales.
Cierta locura pervertida, de espíritus dislocados, que se vuelven a reunir en una oscuridad primigenia con luces de fuego y gemidos animales.
De alguna manera, todas sus mentes recuerdan subconscientemente haberse conocido en los albores de milenios pasados, cuando la carne también, corrompida, se oía en chasquidos pervertidos, haciendo saltar los gemidos de las profundidades de las almas.
Hermosa enfermedad, que hace estremecerse hasta al más insensible y derrite de placer al que es más humano.
Enferma la carne en el límite temporal de las mentes llevadas al extremo. Cuando se acaba la inocencia, aún seguimos buscando aquello que nos haga temblar.
Y ya estuvimos aquí, en otro lugar y otro tiempo, cuando el dolor era placer…
¿Recuerdas… oh, en Sodoma y Gomorra, viejo amigo, cuándo me hacías gritar?…
Y el sonido de los tambores se repite ciertas noches mientras los cuerpos, hoy, se entremezclan en las inmensas camas con olor a incienso y almizcle.
Allí nos conocimos, terminando la historia y aquí estamos de nuevo, acabando con esta civilización incivilizada.
Y no nos importa porque sabemos que todo volverá a empezar y que no es pecado buscar sentir en un mundo muerto.
Y espero, amigos, que volvamos a encontrarnos en el próximo apocalipsis y poder escuchar vuestros gritos de placer mientras las marcas impúdicas cruzan mi piel….

Bitácora de Selene; IV (6º parte) – Preludio

Todos los presentes se disponían de modo caótico, desorganizadamente, en el inmenso mar humano que se extendía ante nosotros. Licores y cachimbas con bebidas fermentadas y hongos alucinógenos, acompañadas de libaciones de fragancias exóticas, recorrían aquella vastedad . Una mujer se acercó a mi. Dijo llamarse Muk’ Yah y se ofreció a servirme de guía, lo cual, aunque agradecí, no me pareció del todo necesario. Bajamos del proscenio y paseamos entre los asistentes con lo que pude determinar de forma más precisa detalles que antes se me escapaban.

Y efectivamente la concurrencia ofrecía detalles que antes no había percibido. La mayoría estaban ebrios y se recreaban en diversiones dispares mientras gritaban y soltaban risotadas. Ahora, los individuos que se encontraban en la pirámide y el escenario se divisaban insignificantes.Era entretenido observar la variedad de adornos y ajuares que se lucían y que denotaban, por lo que parecía, diferentes categorías sociales. Desde plumajes, penachos, tatuajes, escarificaciones y piedras preciosas a carriolas llevadas por comitivas y comparsas de hombres, mujeres, bailarines o músicos dependiendo su número y ceremonia de la posición o rango del escoltado.

Algunas de las distracciones más ordinarias de los espectadores consistían en bailes, desnudamientos, apuestas, competiciones, retos, rifas o juegos de mesa. Sin embargo, a medida que avanzaba la noche y aumentaba la embriaguez, los entretenimientos fueron alterándose y tomando aspectos más carnales.

Advertí como el pueblo gozaba de cierta inclinación por juegos sexuales más intensos como fustigamientos, suspensiones, ataduras, asfixia, privación de los sentidos, perforaciones, fistings o juegos con comida y fluidos corporales. Mujeres de vaginas dentadas masturbaban a jóvenes que diseminaban su semen sobre la tierra, para fecundarla. La vírgenes derramaban la sangre de su desfloración violentadas por valiosos consoladores compuestos de joyas, mientras interpretaban dramatizaciones consagradas. Prostitutas sagradas y esclavos sexuales realizaban ofrendas con su propia sangre mientras, en trance, danzaban al ritmo de los tambores. Varios jóvenes ensartaban sus penes en un mismo hilo, uniendo su energía vital para ofrecerla a los disoes.

Mi guía me introducía en todo ello, explicándome su naturaleza y habilidad a la vez que me presentaba a muchos de los asistentes. Mientras avanzaba entre la multitud me sentía observada desde el púlpito.

Una de las personas a la que Muk’ Yah me presentó fue a Kaabil, un noble de complexión robusta y ojos cálidos con una gran destreza en el arte de las cuerdas. Tras varios minutos hablando con él me ofreció probar con él sus ataduras, a lo que accedí complacida. Me realizó un hermoso y complejo traje de cuerdas blancas que, liándose en mi cuello, se anudaban al rededor de mí en hileras horizontales y paralelas, uniéndose en la parte frontal de mi tronco formando anillas. Dos ejes de cuerdas verticales partían a su vez desde la parte superior de mi pecho, se introducían a través de mi entrepierna, y subían entre mis nalgas, para terminar, tras recorrer mi espalda, anudándose en mi nuca. Además, dos cabos de cuerda bajaban por ambos lados de mis caderas, realizando una vuelta a mitad de mis muslos, a modo de liga, y terminando atadas por un nudo en la parte exterior de los mismos, de forma que sus dos extremos colgaban sueltos haciendo de ligueros.

Me volví de nuevo hacia el proscenio; no podía evitar mirar hacia Suuk. Instintivamente, percibía de él algo que me llamaba la atención. Su forma de moverse era tranquila pero excesivamente firme. Estaba lejos y no podía distinguir bien su rostro pero en aquél momento caí en la cuenta de que él también me miraba.

En aquel momento, un ensordecedor ruido de tambores y ovaciones recorrieron la explanada. La tierra comenzó a vibrar tal y como lo hiciese cuando me introduje en la Gran Pirámide y, de pronto, el cielo se hizo más y más claro. Una enorme bola de luz se erigía en él. Crecía y disminuía y cambiaba de color alternando del rojo al verde y al azul de modo aleatorio. Kukulkán.

De nuevo, Shamain

¡Qué rápido pasa el tiempo! Ya se acerca de nuevo Samhain o, como lo llamarán muchos, Halloween. Este año no he prestado mucha atención a los rituales de la rueda del año y por ello, me parece que no debo crear uno para Samhain, teniendo en cuenta que es el único que creé el año pasado. Por eso, voy simplemente a poner enlaces a los post que publiqué en 2010 para esta festividad y prometo que, a partir de ahora, actualizaré los rituales correspondientes al resto de fiestas que vengan. Así pues, os dejo los enlaces de:

El ritual se puede reproducir exactamente igual excepto por las horas planetarias que, como este año corresponden a un miércoles, cambian. Las horas que este año potencian la energía del Sol durante el día de Halloween son la 6º hora de luz diurna y la 1º y 8º hora de luz nocturna. Ya sabéis que no hablamos de las horas del reloj. Para calcular las horas duirnas hay que fijarse en a qué hora sale y se pone el sol en nuestra zona. La primera hora de luz solar coincide con la primera hora de luz diurna y la primera hora después del ocaso, una vez el sol se ha escondido, coincide con la 1º hora de luz nocturna.Hablando de todo un poco, ¿ya sabéis cómo lo celebraréis? Por si vivís en Madrid y buscáis una fiesta para este día relacionada con la temática BDSM, os dejo el cartelito de una que promete ser brutal.

 

Bitácora de Selene; IV (5º parte) – La Serpiente Emplumada

Pasé varias horas hablando con ellos dentro de una conciencia nublada. Con mi vello de punta, sentía como la sangre recorría mi cuerpo agolpándose en mi nuca, donde se acumulaba gran cantidad de energía que de nuevo se expandía por mi piel. Los sonidos llegaban desde lejos, con cierto eco y percibía los colores de forma extraordinariamente vívida. Además, una gran sonrisa parecía haberse instalado en mí, hasta el punto de que me era imposible evitarla.

Isis, representada con alas y cuernos

En aquél camino de máscaras, a medida que hablaba con los demás, entré en un trance profundo aunque consciente. Supe que mis compañeros también se hallaban en la misma situación cuando, uno a uno, fui hablando con ellos.

Los cientos o tal vez miles de personas que se extendían alrededor de la pirámide también parecían haber alcanzado alguna especie de catarsis. Danzaban intercalando saltos y gritos que me parecían antinaturales y fue entonces cuando me percaté de que la luna comenzaba a tapar el astro solar.

A su vez, saliendo del templete que coronaba la pirámide escalonada, una figura comenzó a descender por las amplias escaleras.

Caminaba de forma majestuosa, momento en el que sentí una vibración poderosa en mi cabeza. Era como un eco, vacío y metálico, que preludiaba algo extraño. También comencé a percibir la vibración bajo mis pies, en el suelo del tablado y en las bebidas que reposaban en las copas.

Cuando la figura llegó a donde nos encontrábamos se paró frente a nosotros. En aquél momento, la luna tapó completamente al Sol dejando un anillo dorado alrededor del mismo. Tenía la apariencia de un lagarto con alas y vestía con una túnica metálica.

Toda una vida preparándome para este momento y no estaba en absoluto nerviosa. Aún así, el tiempo me parecía lento y deseé comenzar cuanto antes la purificación. Cerré los ojos y, tras varios minutos, comencé a respirar lenta y profundamente hasta que sentí que todos los músculos de mi cuerpo se relajaban completamente. Alejando todo pensamiento de mí, comencé a dejar de sentir mi cuerpo. No había peso, ni calor ni frío, ni dolor ni placer, no había pensamientos o sensaciones físicas, sólo una vibración que parecía provenir de mi interior y que se movía formando uno con mi consciencia, oscilando en el vacío.

Eclipse anular de sol

Sentía que flotaba y a pesar de que me pareció percibir ovaciones y gritos de asombro, los sonidos pasaron a través de mí como el humo a través de una malla. Percibía sólo el presente y ninguna idea se mantenía adherida a mis pensamientos.

De hecho, no existían pensamientos, no había nada.

No había nada hasta que algunas ideas parecieron tomar forma en mi mente. No eran pensamientos, era algo externo, visible y contundente. En aquel momento la vibración se hizo más intensa y noté como me movía ingrávida de forma más notoria. No hubiera podido decir si mis pies se encontraban bajo mi cabeza o viceversa. Sentía una nebulosa y dejé que las ideas fluyeran sin oponer resistencia mientras la vibración crecía cada vez más.

Sentí que a través de los estímulos de mi cuerpo podría generar una gran energía. Una capacidad de purificación de la conciencia a través de las sensaciones y de llegar a lo profundo en el plano físico. El control mental, la aceptación de la fragilidad, del éxtasis y del dolor podrían favorecer la fortaleza y la pureza del ser humano. Ese proceso no implica un camino de sufrimiento sino más bien de placer, y que es posible controlar las sensaciones y las percepciones, algo que hace tomar conciencia del bien y del mal. La vibración era entonces tan intensa que sentía que mi conciencia se movía de forma pendular, de izquierda a derecha, lo que me proporcionaba cierto vértigo. Cuando sentí que mi cabeza iba a explotar, cesó violentamente y sentí como caía al suelo retomando la consciencia de mi cuerpo y despertando con gran cansancio. Abrí los ojos.

A mi alrededor todo seguía igual. El reptiliano seguía frente a nosotros observándonos y poco a poco recobré la capacidad de escuchar, notando como el gentío seguía gritando y cantando. Cuando miré al resto de seres con los que había estado charlando minutos antes, noté que varios de ellos se habían desmayado, lo que no me sorprendió. Otros, sin embargo, se mantenían erguidos como yo, cubiertos de sudor, respirando agitadamente. Me pregunte si yo tendría el mismo aspecto y comprobé, prestando atención a mi cuerpo, que así era, algo que hizo que terminase de tomar conciencia de mi cuerpo.

Reptil emplumado

Aquellos que se habían desmayado habrían de repetir de nuevo la experiencia, cuando estuviesen preparados. Sin embargo, los que habíamos pasado por el trance sin sufrir el desvanecimieto podríamos comenzar un camino de instrucción espiritual que habíamos entrevisto en las visiones. Me pregunté si todos habríamos percibido lo mismo y de la misma manera o si cada uno lo habría experimentado de una forma diferente.

Observé a los que, como yo, se mantenían en el tablado ya que aquellos que no habían superado el trance se retiraban y unían al resto de la gente.

Ts’u’uy, un galápago de ojos firmes y sabios hablaba con Manik, un joven dulce y sereno que representaba un caballo. Tuukul y Na’ahal, vestidos con atavíos de mono y gato, respectivamente, se abrazaban emocionados. Nuup y Taábal, que también formaban una pareja complementaria y que respectivamente vestían con ropas que imitaban el murciélago y el zorro, se agarraban de la mano y miraban al reptil. Otros como Taanah, Suuk o Habik, pájaro, cocodrilo y pez, se mantenían como yo, y muchos otros más, observando al gentío que se agrupaba celebrando el momento. Yo sería nombrada como Citlalin desde ese momento en adelante. Y en ese instante no pude menos que agradecer a los dioses que me permitieran vivir aquella experiencia.

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Ts’u’uy- Significa «duro» en lengua sagrada 
Manik – Significa «comerciante» en lengua sagrada 
Tuukul – Significa «premeditación» en lengua sagrada 
Na’ahal – Significa «vencer» en lengua sagrada 
Nuup – Significa » conectar» en lengua sagrada 
Taábal – Significa » arraigar» en lengua sagrada 
Taanah – Significa «hogar» en lengua sagrada 
Suuk – Significa «costumbre» en lengua sagrada 
Habik – Significa «abril» en lengua sagrada 
Citlalin – Significa «luna» en lengua sagrada 

Bitácora de Selene; IV (4º parte) – Las bestias de la pirámide escalonada

La esfinge de Chac Mol

Avancé por la sala que se extendía ante mí respirando con dificultad, debido a la alta temperatura y humedad de la habitación, en cuyo fondo, recubierto de oro y piedras preciosas reconocí una escultura familiar, la figura de Horus, mensajero de los dioses, o Chac Mol en lengua sagrada. La esfinge, con incrustaciones de nácar en uñas, dientes y ojos, me miraba, ansiosa. Posé mi mano sobre su cabeza y percibí gruñidos de animales que provenían de la lejanía.

Avancé hacia la puerta más cercana y la abrí. Ya no era de noche, el sol se aproximaba a su cénit y la luna se aproximaba a él. Ante mí se extendían las faldas de una enorme pirámide escalonada de una vara y media de cuerda de altura. Al igual que la gran pirámide de Keops, desde su superficie, que era plana y estaba coronada por un templo por el que yo comencé a descender, pude distinguir cuatro caras de las que constaba, cada una con una escalinata independiente.
La pirámide era protagonista de un gran número de edificios monumentales repartidos a lo largo de una gran llanura repleta de vegetación. A los pies del templo, cientos, quizá miles de personas se agrupaban. Según fui descendiendo por la escalinata, me di cuenta de que lo sonidos que minutos antes había creído de animales, eran aplausos, ovaciones y cánticos sagrados de la masa presente. Al final de la escalera, en una superficie rectangular a varios metros del suelo distinguí un grupo de seres zooformes y recordé que yo también me presentaba ataviada con cuernos de vaca y alas, según la representación clásica de Isis en Egipto.
La pirámide escalonada

 

Al llegar al pequeño tablado, observé que el bestiario reposaba en tronos de piedra y oro en torno a una mesa de jade en cuyo centro, hueco, se erigía una hoguera de pequeñas dimensiones. Un ser con aspecto de saurio me esperaba al llegar con una copa de la que me invitó a beber. A continuación me convidó a acercarme a una poltrona vacía coronada con cuernos de obsidiana. Las bestias charlaban animadamente y me sonrieron cálidamente al llegar, acto que les devolví agradecida. Sabía que los seres que me acompañaban habían seguido el mismo camino que yo para llegar hasta aquí y cada uno representaba una divinidad, según las sagradas profecías, que debía estar presente en el eclipse anular de Sol y la alineación de las Pléyades con el astro rey y la tierra, momento en que, por fin, la Serpiente Emplumada haría su aparición.
Discos solares

Observaba a mis acompañantes fascinada, intentando descifrar el ajuar que portaban. Dragones de varias colas, perros con largas lenguas y pinchos, cabras de grandes colmillos, bestias de dos cabezas, leones arqueros, peces alados, águilas de hueso o ranas con cuernos eran algunas de las formas que, entre otros animales más comunes, pude distinguir. No había ni un solo atisbo de servilismo en ellos, lo que me hizo sentir cómoda. Medio desnudos, muchos portaban en sus cabezas coronas de plumas de colores y símbolos de metal del astro sol y algunas divinidades antiguas sagradas. Sus falos y pechos estaban descubiertos y denotaban su excitación. En la indumentaria de todos ellos pude distinguir el ojo de Ra o disco solar alado.

Un gran número de ellos lucía grandes orejeras hechas de materiales como mica y jade a juego con collares, cinturones y penachos. En brazos y piernas, brazales de metal labrados se confundían con los dibujos y escarificaciones de su piel. Su dentadura, en ocasiones, era afilada y brillaba a la luz de la luna con colores imposibles reflejados por piedras preciosas.

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NOTAS: 
Medidas de longitud:
(*1)  Vara de cuerda – 52,5 metros

Bitácora de Selene; IV (3º parte) – El viaje; Bajo tierra

Tras bajar por las escaleras de varias varas de altura llegué a la caverna de la sangre. La sensación húmeda del recinto y su oscuridad granate silbaban acompañados de susurros cavernosos. Percibí un resplandor al final del túnel que alcancé tras unos pasos. En aquél lugar, sobre un lago rojo, una barca con dos jóvenes aguardaba pacientemente. Semejante a las naves usadas en las fiestas de Amón ésta se diferenciaba en que sus extremos presentaban cabezas de lagarto de cuyas bocas salían espirales metálicas que se hundían en el agua. Dos crestas coronaban sus cabezas y sus cuerpos se unían formando el de un sólo animal.

Asimismo, los hombres que, situados cada uno a un extremo de la barca, portaban los remos y me miraban ansiosos, tenían la nariz aguileña y el pelo largo y lacio, muy brillante, los pómulos salientes y la frente ancha. Sus ojos eran almendrados y su cabeza ancha pero de cráneo alargado. Sus cuerpos estaban completamente surcados de tatuajes y sus dientes presentaban formas particulares como si hubieran sido limados, intercalándose entre ellos piedras preciosas. Subí así a la barca que avanzó durante una hora entre numerosos túneles angostos y oscuros que se mezclaban laberínticamente.

La paredes de los mismos estaban surcadas de jeroglíficos sagrados y egipcios que contaban las historias de estos pasadizos. La mayoría recalcaban señales de advertencia o anuncios de posibles consecuencias espirituales para los que por allí paseasen. Finalmente llegamos a una orilla, aún bajo tierra. Los remeros no hicieron ademán alguno y al llegar, pararon la nave y se mantuvieron inmóviles, mirando al suelo.
Salí de la barca y  me acerqué a unas escaleras, que se desplegaban frente a mí, muy semejantes a las que había bajado hacía apenas una hora. Me dispuse a subirlas mientras oía un susurro ahogado a lo lejos. Al llegar al último escalón encontré un doble portón de piedra labrada con un enorme dragón con grandes pomos como cuernos. Cogí aire y los empujé. 
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>NOTAS: 

Medidas de longitud:
(*1)  Vara de cuerda – 52,5 metros